"Luchar para vivir la vida, para sufrirla y para gozarla... La vida es maravillosa si no se le tiene miedo."

Charlie Chaplin

miércoles, 19 de octubre de 2011

No habrá paz para los malvados, el cine negro en toda su esencia



"Cine español" esta una etiqueta por lo general bastante infame entre la gente de este país, en seguida la relacionamos con los Torrentes de turno a la gente le suele tirar bastante para atrás el ver una película española (aunque creo que esto poco a poco se va acabando), sin embargo, ante esto, yo siempre digo una cosa; no existe ni el cine español, cine europeo, americano, asiático... existe el buen cine y el mal cine, cada uno con su estilo esta claro, pero si por algo hay que diferenciar es por buen cine y mal cine.

Porque el cine español ha dado títulos malos, muy malos, pero también buenos, muy buenos, pero como en todas partes, por eso yo nunca entenderé esa etiqueta de "cine español" que hace que la gente se eche para atrás.

El ejemplo más reciente de buen cine, grandísimo cine de hecho, en el cine español es No habrá paz para los malvados, la última película nada más y nada menos que del bilbaino Enrique Urbizu, tras 8 años ha vuelto, y dando una lección de cine.

Tengo que decir que sólo he visto dos películas de Urbizu, la que nos ocupa, y La Caja 507, las dos tienen algo en común, son películas cabronas, es cine negro, pero un cine negro cotidiano por así decirlo, ambas cuentan historias que pasan y han pasado en este país y que por desgracia han llegado a ser cotidianas, si en la primera es el terrorismo en un país corrupto, la segunda es la especulación inmobiliaria en un país corrupto, eso sí, la segunda se quedaba corta en cabrona comparada con No habra paz...

Mucho se ha hablado de que la película habla sobre el triste 11-M, en una película que se habla de terroristas islámicos en España es inevitable pensar en ese triste día, pero no trata de eso, trata de la falsa seguridad en la que vivimos, la última secuencia es bastante descriptiva respecto a esto, nos creemos que vivimos seguros en este mundo, que nada puede pasar, pero aún así atentados como el 11-M siguen pasando, y aún así nos creemos que seguimos seguros.

Más que una película, No habrá paz... es un retrato, un retrato de nuestra sociedad actual, personificado en Santos Trinidad, perfectamente encarnado por un José Coronado que, para servidor, ha realizado la mejor actuación de su carrera.



Santos Trinidad es el protagonista del film, el antihéroe que por casualidad y sin proponerselo se convierte en héroe, un policía enfadado con la vida (y, quizás, la vida enfadada con él), una especie de cowboy suelto en el Madrid del S.XXI, un personaje por el que lo lógico es sentir repugnancia, pero sin darnos cuenta sentimos admiración por él, y además de forma inevitable, en definitiva, el protagonista perfecto para esta maravilla y uno de los mejores personajes de la historia del cine español.

La película comienza con un Santos Trinidad en plena noche de borrachera, cuando por casualidad llega a un puticlub, allí pierde los papeles y monta una carnicería en plan John Wayne, escapando un testigo, a partir de aquí Santos removerá Madrid intentando buscar a dicho testigo.

La jueza Chacón será la encargada de investigar el caso, así, ella también removerá Madrid para encontrar al culpable, al final se encontrarán sin querer, pero en algo más grande de lo que nunca hubieran imaginado... una red terrorista islámica que pretende atentar en Madrid durante la reunión del G-20.



Lo dicho, una obra maestra (sí, en España también se hacen), un gran retrato de nuestra sociedad, del caos que no podemos controlar, pero que creemos controlado, el antihéroe que se convierte en héroe sin saberlo, una red islámica que organizando un atentado de forma perfecta al final se les hunde el plan debido a uno que sólo quería salvar su culo, una juez que teniendo al lado ese atentado es incapaz de verlo, unas fuerzas de seguridad inútiles, unos extintores con un fondo de gente caminando que jamás se borrarán de nuestras retinas...




Gracias Urbizu por esta maravilla.